Scream.

El camino se ponía cada vez más oscuro, débilmente las varitas alumbraban, muy poco lograban ver hacia donde se dirigían.
-Fran, esto no me está gustando nada- se quejo Lali que miraba asustada las paredes llenas de sangre.
-Pronto llegaremos, no se preocupen- tranquilizaba Francis encabezando la marcha seguida de Terry y Remus.
-¿Crees que sigan con vida…Fran?- pregunto Didel caminando de espaldas para vigilar lo que dejaban a su paso.
-Es lo que esperamos, Didel- la voz de Duna se cortaba al responder.
Esperaban que los hechizos que habían practicado muy seguido en las reuniones les sirvieran de ayuda, por si había alguna emboscada, las paredes se hacían cada vez más estrechas y se hacía incomodo estar apretados.
-¿A…donde…nos llevara esto?- Anrre comenzaba a sentir pánico, sentía que le faltaba el aire.
-No lo sabemos, Anrre…pero cálmate, trata de respirar- la voz de Marcus era cada vez más distante para ella.
-Chicos…¡¡Hay!!- se quejo Naty.
-¿Estás bien?- Kadaj tomaba la mano de Naty para levantarla.
-¿Pero con que me tropecé?- iluminó el suelo, lo que vió la dejó sin aliento.
El cráneo de un humano fue lo primero que logro distinguir por la escasa luz, Naty grito horrorizada y se tapaba los ojos sollozando.
-No es el único… ¡miren!- Luis alumbraba un lado de la pared y había un esqueleto humano colgado en una antorcha vieja. Otro grito se escucho, esta vez de Lali, también había localizado un cadáver en descomposición, todos se fueron agrupando apuntando con las varitas en diferentes direcciones.
-¡QUIERO IRME DE AQUÍ!- grito de repente Rossie echándose al suelo.
-Shh!- trataba de silenciarla Menxu –No grites o podrían escucharnos
-Ehm, déjenme ver si puedo encender esto- Abel se acercaba al cadáver que colgaba de la antorcha.
-Ten cuidado, Abel- la voz de Duna ahora era apenas un susurro
Con algo de grima Abel tomo la cabeza llena de polvo y telas de araña.
-No es tan malo, es como tomar una roca- se reía débilmente mientras apartaba la cabeza de la antorcha, el resto del cuerpo se desplomo alborotando el polvo, Abel soltó el cráneo y empezó a sacudir el brazo tosiendo.
-¿Y si estos son los restos de Josefina, Lunático y Dramione?- pregunto Rossie temblando.
-No seas Absurda, Rossie- la reprendió Menxu tratando de borrar la idea de que esos fueran sus compañeros desaparecidos…
-…¡¡Incendio!!- varias chispas salieron de la varita de Abel hacia la antorcha y esta se prendió, acto seguido cuatro antorchas mas se encendieron solas alumbrando mas el lugar.
El sitio era circular y pequeño, con telas de araña por todos lados, había más restos humanos que por la luz de las antorchas eran de un tenue amarillo, el techo no era muy alto y daba la sensación de tristeza, agotaba el aire.
-Que asqueroso lugar- se quejaba Anrre mirando para todos lados
-¿Alguien sabe por dónde salimos?
-No lo recuerdo, estaba muy oscuro- titubeaba Francis caminando de un lado a otro examinando los dos agujeros.
-Esto debe funcionar…- Luis sujeto su varita y pronuncio claramente -…¡¡Oriéntame!!
La varita de Luis empezó a girar bruscamente en su mano hasta que salió volando de esta.
-No funciona aquí por lo que se ve- medito Remus –Esta magia oscura es muy poderosa
-Entrenamos para esto, no podemos…
-…Tranquila Fran, será mejor que caminemos para salir de aquí- interrumpió Remus
-Apoyo eso- dijo Didel que miraba a Luis buscar la varita. Luis se alejo rápido cuando vio que su varita estaba suspendida sobre una mano huesuda.
-¿Pero y si tomamos el camino incorrecto?, solo hay dos caminos, ¡Están juntos!- chillo Rossie
-Es verdad, y si tomamos al camino que no es, volveremos a los invernaderos- hablo Menxu
-Tomemos el camino de la izquierda- sugirió Francis
-Qué tal si nos dividimos- opino Marcus
-Eso no es algo inteligente, Marcus- reprocho Luis.
-¿Por qué no?- quiso saber
-Porque tenemos que estar juntos en caso de que no lo notaras- respondió Francis perdiendo la paciencia.
-Francis sigo pensando que es lo mejor- se quejo Marcus frunciendo el ceño.
-PERO NO LO ES, QUE NO TE DAS CUENTA QUE SI NOS DIVIDIMOS PODRIA SUCEDERNOS ALGO MALO?- había llegado la paciencia de Francis al límite y cuando se dio cuenta ya estaba gritando.
-NO TE DAS CUENTA QUE SI SE TOMA EL CAMINO EQUIVOCADO, ESTARIAMOS PERDIENDO MAS TIEMPO?- Marcus gritaba también.
-¡¡BASTA!! SE VA A HACER LO QUE YO DIGA Y, PARADOS AQUÍ HACIENDO NADA PERDEMOS EL “TIEMPO”, MARCUS- a estas alturas Francis ya tenía sus ojos color lila por causa del enojo.
-Chicos, no deberían discutir, no es el momento- trataba de calmarlos Remus
-¿ASI QUE TENEMOS QUE HACER LO QUE TU DIGAS?...NO ERES QUIEN PARA GOBERNARME- Marcus hizo como si Remus no existiera y dio un paso más hacia Francis quien no se movió de su puesto desafiante. Los ojos de Marcus eran de un violeta muy notorio.
-En serio chicos, sigamos caminando, ya nos daremos cuenta si tomamos el camino equivocado- suplico Duna. Francis la miro por un segundo airada tratando de recordar el por qué estaban allí. Notó que todos la miraban algo alarmados e incómodos por la tensión del momento.
-No sé lo que tienes planeado Francis, pero ¡YO!, ¡no te seguiré!- el siseo de Marcus era tenso y decidido.
-Pues puedes hacer lo que quieras…Marcus- susurro Francis formando un puño con su mano izquierda y apretando la varita con la derecha. Los chicos miraban a Marcus esperando una respuesta, algunos implorando que no se alejase del grupo, en todo caso, Francis tenía razón, no podían formar grupos y tomar caminos separados, podía ser muy peligroso.
-Naty, crees que puedas caminar- pregunto Kadaj para romper el silencio que había sido solo unos segundos, pero una eternidad para todos.
-Sí, creo poder- respondió Naty tratando de enderezarse
-¿Te duele mucho el tobillo?- Didel se había inclinado para examinarla.
-Solo un poco… ¡Hay!- se quejo Naty al sentir la presión de los dedos.
-Es una pequeña fractura, Madame Pomfrey la curara… si salimos vivos- hablo Luis parado detrás de Kadaj.
-Que alentador- el sarcasmo de Anrre silencio a Luis, lo miro unos segundos y volvió a mirar a Marcus –Creo que será mejor que sigamos a Fran, Marcus- lo tomaba de la mano, pero este no respondió, seguía mirando a Francis ceñudo.
-Da igual lo que haga- Francis dio media vuelta y entro sin esperar respuesta de alguien.
-Que valiente- vocifero Rossie que aun lo pensaba dos veces antes de seguir.
-Vamos- Remus la siguió y acto seguido todos excepto uno entraron al agujero de la izquierda.
Marcus desbordaba ira, estaba solo, temblando de rabia, las llamas de las antorchas comenzaban a extinguirse hasta que quedo sumergido en la oscuridad. Una voz lo hizo voltearse, se encontró cara a cara con un ser muy conocido para él, sonrió, preparando su varita.
Francis por otro lado caminada decidida, las varitas volvían a ser débiles y todo era de un intenso negro.
-Estoy preocupada, Fran- chillaba Anrre indecisa, no sabía si volver con Marcus o seguir con el grupo.
-Sabe cuidarse solo- espeto Francis fríamente.
-Entendemos como te sientes Fran- trataba de alentarla Menxu.
-No, no lo entienden- corto secamente. El camino era corto, a continuación llegaron a una especie de caverna alumbrada por una tenue luz azulado verdoso, llena de doce pilares de rocas, parecía un santuario abandonado hecho por la naturaleza.
-¿A caso estamos…debajo del lago?- Rossie señalaba la fuente de luz sorprendida
-Eso parece- aseguro Remus
Es fácil saber el camino, allá está la puerta- señalo Duna otro agujero, mas grande que el anterior.
-Sera mejor que vallamos antes de que el lago negro decida caer sobre nosotros- apuro Terry mirando como el lago se movía uniforme tal cual lo hacía en la superficie con el roce de la brisa, en el fondo del lago solo se veía una oscuridad infinita.
-Creí que la sala común de Slytherin quedaba…
-…Rossie- interrumpió Duna, no podía revelar el paradero del la sala común, pero al igual que Rossie, Duna estaba algo confundida.
-No es momento de lealtad- empezó a caminar Remus.
-Chicos…- sollozaba Menxu apuntando con la varita hacia uno de los doce pilares.
-¿Qué pasa Menxu?- pregunto Kadaj apuntando también al pilar. Un grito ahogado termino de alarmar al grupo, Lali se tapaba la boca y movía la cabeza como tratando de despertar de un mal sueño.
Terry aferraba ahora el hombro de Francis mirando lo que salía de la oscuridad.
-¿Lali?- la miro Abel. Temblando Lali señalo otro pilar, esta vez Duna y Abel alumbraron con sus varitas.
-¿Pero que son esas cosas?- pregunto Didel asustado viendo lo que salía de los pilares. Era la figura de un hombre de largos brazos y piernas arqueadas, se veía perturbado y arrastraba los pasos tratando de llegar hasta donde estaban los chicos, poco a poco fueron saliendo más y más humanoides. Todos apuntaban con sus varitas agrupándose todo lo que podían.
-Alguien sabe que son- pregunto Anrre con voz cortada
-Josefina habría respondido a tu pregunta, o Dramione- lamento Luis resentido apuntando firmemente a un espectro que se le acercaba.
-Son orcos- respondió Francis sin mostrar signos de miedo.
-Espero que adoren a los humanos- suplicaba Naty mirándolos con horror.
-Te equivocas, odian a los humanos- desalentó Remus –Y, son carnívoros- culmino
-¿C…carnívoros?- el miedo de Naty era notorio, Kadaj y Crook la sentían temblar.
-Saben cómo repelerlos- pregunto Crook quien no había hablado en el camino, habían olvidado su presencia. Por otro lado Francis imaginaba una exhaustiva competencia con Dramione tratando de responder primero.
-He leído que odian el sol- contesto Remus apuntando a uno que estaba cada vez más cerca de él. Francis volvió a centrar su mente y miro fijamente a un orco que se acercaba a ella.
-Bien, cuando estén más cercas, utilizamos el hechizo lumos solem, de acuerdo?- vocifero Francis preparando su varita.
Los orcos cada vez se acercaban más, Abel pudo calcular unos ocho, seria pan comido, una vez cegados podían echarles algún maleficio, algo que Abel había estado esperando con ansia.
-Prepárense, cuando cuente tres…uno…- Los humanoides estaban cada vez cerca.
-…Dos- estaban acorralados, podían escuchar los lamentos de los orcos
-¡¡Podrías decir tres de una maldita vez!!- se quejo Abel perdiendo la paciencia. Remus respiro hondo y grito…
-…TRES!!
La caverna estallo en varios gritos invocando la luz solar, los espectros comenzaban a quejarse, gritando con sus roncas voces.
-SECTUMSEMPRA!!- grito Abel a uno de los orcos que se echaba sobre él.
-¡¡Vamos, corran!!- Kadaj comenzaba a correr hacia la siguiente puerta
“SECTUMSEMPRA…LUMOS SOLEM…DEPULSO…LOCOMOTOR MORTIS…INCENDIO…PETRIFICUS TOTALUS” gritaban los chicos mientras corrían alejándose de la habitación.
Los espectros gritaban enojados, uno sufría heridas que parecía no sentirlas, otro caía al suelo tapándose los ojos, uno salía expulsado, otro caía por tener las piernas juntas, el que más gritaba estaba lleno de llamas, otro estaba inmóvil. Francis que se estaba quedando atrás vio a uno que estaba bloqueando el paso.
-¡¡LEVICORPUS!!- grito enojada. El espectro se elevo en el aire, cada vez más se elevaba hasta que toco el lago y este absorbió al orco de manera instantánea, el lago parecía ser un imán, las gotas volvían a unirse y este volvía a estar sereno, como si no se hubiese roto la superficie.
Francis corrió horrorizada hasta donde estaban los demás.
-Esto parece no tener fin- decía Crook un tanto cansado.
El camino era más amplio, y cada vez que caminaban se volvía más espacioso,
-¿Fran, estas más calmada ahora?- le susurro Terry al oído
-En realidad, no, me siento mal, es tanta ira…- se quejaba Francis apretando la mandíbula al hablar. Si Terry no le hubiera hablado habría olvidado que él estaba con ella.
-Tu hermano estará bien- le dio un beso en la mejilla. ¿Cómo podía Terry estar tan calmado cuando estaban a punto de enfrentarse con lo desconocido?, ¿cómo podía hablar tan serenamente cuando casi se los comen a todos los orcos? ¿A caso se olvidaba que los demás eran humanos? ¿No sentiría el mismo peligro de ser comido, por ser inmortal?
Francis no le respondió, el criticar que él fuera vampiro le había apenado tanto que decidió alejarse de él y unirse con Kadaj que estaba encabezando la marcha.
-La sangre desaparece en este lugar, mira- Kadaj alumbraba la pared.
-Sí, al parecer- Remus se acercaba también examinando.
-Fran…Fran- la llamaba Remus, pero esta no respondía. Francis caminaba como hipnotizada, estaba sorprendida con la lúgubre sala.
-Chicos miren esto- llamo Francis apuntando con su varita el lugar. Remus, Terry, Anrre, Luis, Menxu, Rossie, Duna, Didel, Abel, Crook, Lali, Naty y Kadaj se acercaron a Francis con la boca abierta.
El lugar estaba frio, y lleno de moho por todos lados, había en el centro de la amplia sala un pedestal alumbrado por la tenue luz azulado verdoso del lago que reinaba sobre sus cabezas, era una sala mucho más grande que la anterior, con un bosque de pilares y escombros que acentuaban mas la oscuridad de sus rincones, había algunos huesos humanos regados por todas partes.
-Es como toda una ciudad de…
-…Ni se te ocurra decirlo, Luis- interrumpió Naty ceñuda.
-Pero sí lo es, no saldremos con vida, seremos comida de orcos- se quejo Luis mirándola también ceñudo.
-¡¡Fran…FRAN!!- llamo Duna cuando la veía caminar al centro de la atestada sala.
-Por qué no hace caso?- se quejo Didel
Francis caminaba cada vez más al centro, detrás de ella los chicos la seguían mirando a todos lados, esperando la aparición de los orcos.
-Tranquilos, aquí no hay orcos- hablo Terry ceñudo
-¿Ah no?- pregunto Lali
-No, solo hay…
-…¡¡LUNATICO!!- el grito horrorizado de Francis interrumpió bruscamente lo que iba a decir Terry.
Todos la miraron sorprendidos y caminaron hacia ella ignorando por completo a Terry. Naty se llevo sus manos a la boca comenzando a llorar sin poder frenar las lágrimas.
El cuerpo de Lunático yacía en el pedestal, con sus ropas raídas y con heridas por todos lados, su cuerpo estaba pálido, a un lado estaba el cuerpo de Josefina igualmente maltratado, el color de su piel era como el del yeso, Dramione estaba junto a ella sin mostrar signos de vida tan blanco como Josefina.
-¡¡Llegamos tarde…llegamos tarde!!- sollozo Luis corriendo hasta donde estaban los cuerpos inmóviles de Josefina y Dramione.
-Oh…Lun- chillo Naty corriendo con dificultad para llegar hasta donde yacía el cuerpo de Lunático
Francis estaba paralizada, viendo los pálidos y raídos cuerpos de sus amigos sobre el pedestal. Francis no podía moverse, estaba muda, su mejor amigo estaba a pocos metros de ella, sin signos de estar vivo, ¿volvería a ver Francis aquella sonrisa que el tenia cada vez que terminaba una práctica de quidditch, o cuando milagrosamente sacaba un sobresaliente en clases de transformaciones? ¿Volvería a ver a Josefina justa y madura como siempre era, sin romper las reglas del colegio, con la ambición de ser prefecta de Ravenclaw? ¿Volvería a discutir con Dramione otra vez por llevarle la contraria?
Estas y más preguntas invadieron la mente de Francis al ver que sobre el pedestal estaban tres personas que en grados y cariños diferentes fueron especiales para ella. Mientras los miraba, lágrimas que no pudo detener empezaron a bajar por sus mejillas, sus piernas empezaron a temblar, dudaba que pudieran sostenerla por mucho rato, no apartaba la vista de los cuerpos de sus tres amigos. Lun, con quien a veces discutía pero se contentaba enseguida, Josefina aquella dulce chica con la que se llevaba tan bien, y Dramione, miró a este último, sus ojos azules estaban abiertos pero vacíos, recordó que esos ojos eran los que había visto una vez en clase de adivinación, hacía ya tanto tiempo. Sus piernas ya no pudieron soportarla más y cayó al suelo, dejando que las lágrimas se deslizaran por su rostro. Notó como sus demás amigos sollozaban y lanzaban gritos de “Porque!?” preguntas que nadie respondía, notó que alguien colocaba una mano en su hombro y se arrodillaba a su lado, susurrando en su oído.
-Tienes que ser fuerte, Fran.- dijo Terry, apretando su hombro.
-No puedo, ya no puedo más.-respondió ella en un susurro roto.
Sorpresivamente Terry la acercó a su cuerpo y la abrazó fuerte, Fran tomó aliento y largó a llorar sobre su hombro. Terry dejó que se desahogara, acariciando su espalda, abrazándola fuerte y susurrando palabras que ella no alcanzaba a escuchar.
Sollozaba incontrolablemente, miles de preguntas sin respuesta saltaban en su cabeza, preguntas que sabía no serían respondidas pronto. Sabía quién era el culpable de tanto dolor y sufrimiento, una ira irracional la llenó, lágrimas de rabia llenaron sus ojos, notó como estos se oscurecían, también notó como Terry la llamaba, clavó las uñas en su espalda, sabiendo que su dura piel no sentiría dolor, así que lo apretó más fuerte, buscando consuelo, consuelo que el le daba. Trataba de calmarse pero no podía, su visión se nubló y de repente, todo se volvió negro.

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