Noticias y Sueños.

-Vaya, miren a quienes tenemos aqui...Interrumpo a los tórtolos?-dijo un chico en son de burla, mirando a Marcus y a Anrre mientras caminaba hacia ellos.
-Lárgate Grenger.-dijo Marcus bruscamente.
-Acaso te estoy molestando? Disculpa, no queria que esa fuera mi intencion.-dijo irónicamente.
-Marcus, dejalo asi, vamonos a otro sitio.-dijo Anrre, tomandolo de la mano.
-Si, rarito Wood, mejor hazle caso a tu novia.
-Como me has llamado?-pregunto a Dramione, mirandolo con los ojos entrecerrados.
-Asi, tal como lo has oído, rarito.
-Nadie me habla asi, mucho menos tu.-saco la varita de su bolsillo y lo apunto, Dramione tambien habia sacado la suya, y ambos se miraron fijamente con el entrecejo fruncido. Anrre se metio entre los dos, con los brazos extendidos delante de cada uno de ellos, tratando de contenerlos.
-Ya, calmense chicos.
-Que esta pasando aqui?-pregunta una voz, acercandose a ellos con paso rápido.
-Pues que este tonto de Grenger-dijo Marcus, sin bajar la varita-empezo a burlarse de nosotros y me llamo rarito.-chispas de rabia contenida salieron de la varita de Marcus, rozando la túnica de Anrre.
-Marcus, sera mejor que te calmes, no querras que Anrre salga herida cierto?-dijo Fran apasiblemente.-Y tu Grenger, deja de molestar y sigue con tu camino.-le dijo mirándolo con el entrecejo fruncido.
Dramione la miro atentamente, y guardandose la varita en el bolsillo de la túnica, dijo dirigiendose a Marcus:
-Me debes una, Wood.
Dio media vuelta y se marcho riendo, con las miradas de Marcus, Anrre y Fran clavadas en su espalda.
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-Profesor?.
-Si? -respondio una voz cansada.
-Las protecciones alrededor del castillo han sido reforzadas y ya se le ha avisado a los guardianes nocturnos para que vigilen el castillo.
-Muchas gracias Minerva.-respondio el profesor Dumbledore, con la misma voz cansada.
-Dumbledore, cual sera el siguiente paso?
-Por el momento ninguno, Minerva, tenemos que esperar a que los chicos esten bien preparados, ellos son los unicos que pueden luchar contra el.
-Pero apenas son unos niños...que oportunidad tienen ellos contra...él?
-Minerva, te asombrarias de la capacidad mágica que tienen esos niños. Tu les das clases...deberias saber de eso mucho más que yo.
Ella no dijo nada. Dumbledore suspiró.
-Ellos estan destinados a hacer grandes cosas, solo tenemos que tener fé en ellos...
-Que haremos mientras tanto?
-Les enseñaremos todo lo que sabemos, aunque ellos tambien tienen que aprender por si solos, dejarse llevar por su instinto...
-Muy Bien.
-Minerva, tienes que comprender, ellos son los unicos que pueden, nuestro destino depende de ellos y lo que tal vez es mas importante, ellos lo saben.
-Entonces no hay de que preocuparse?
-Oh si...Hay muchas cosas de las cuales preocuparse.
La profesora McGonagall miro a Dumbledore atentamente.
-Pero no lo haremos por el momento, todo marcha bien.
-Está seguro?
Dumbledore solo sonrio, y un curioso brillo se asomó a sus cansados ojos.
-Completamente seguro, Minerva.
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-Ahora si, me explican que paso aqui?-dijo Fran mirando a Marcus y a Anrre.
-Pues que estabamos Anrre y yo tranquilos aqui en el pasillo...
-Un momento, ustedes dos...solos...en el pasillo...-una chispa de entendimiento asomo al rostro de Fran, miro a Marcus y a Anrre, con una sonrisa en sus labios- Es lo que estoy pensando?
-Depende de lo que sea que pienses, manita.
-Yo pienso que...-Fran miró a Anrre, ella sonreia felizmente, Fran emitió un gritito de alegría.
-CUÑADAAAAA!!!-gritó Fran, corriendo a abrazar a Anrre, abrazo q ue ella correspondió.-Guao, no puedo creerlo! Por fin te decidistes, eh hermano?
Marcus parecía algo incómodo.
-Que quieres decir con eso, Fran?
-Acaso no te lo dijo?
-Decirme que?
Marcus miró a Fran.
-Pues que mi hermano-dijo Fran con toda naturalidad-hace mucho tiempo que queria pedirte ser su novia pero no sé porque razón se echaba para atrás y no te lo pedía...-parecía pensativa mientras decía eso- pero eso ya no importa,-sonrió- lo que importa es que ustedes dos están juntos y que tengo cuñada!!!
-Pero Fran..cuál es la emoción? Si tenías una cuñada, Her, la recuerdas?-preguntó Anrre.
-Ella? nah!-Fran hizo un movimiento con la mano, restándole importancia-nunca la consideré mi cuñada, ella sólo era, una chica...-dijo, encogiéndose de hombros.
Anrre la miró y alzó una ceja.
-Es una larga historia, le haré justicia muy pronto.-sonrió Fran ampliamente.
-Está bien.-Anrre le devolvió la sonrisa.
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En la Sala Común de Slytherin, una chica estaba en su habitación, abriendo y cerrando sus puños para controlar la rabia que pugnaba por salir, reclamando venganza.
-Esta me la vas a pagar, Marcus Wood. Tú, esa noviecita tuya y tu estúpida hermana, me las cobraré muy pronto.
Se sentó en la orilla de su cama, pensando la mejor forma de vengarse de ellos.
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Era un precioso día de verano, el sol brillaba, iluminando todo con sus brillantes rayos, los árboles se movían con la brisa, si prestabas atención parecía como si estuvieran entonando canciones susurrantes, las flores se abrían, exhibiendo sus más preciosos pétalos, gotas de rocío de la corta lluvia matutina todavía brillaban en el césped. Un hermoso día, en los que provoca salir y disfrutar del sol y de la fresca brisa proveniente del norte, eso fué lo que ellos hicieron.
-Fran, crees que esto es buena idea?-preguntó Lunático.
-Por supuesto que sí! Mira Lun, el día está precioso, no sabemos cuando vaya a volver a haber un día de estos, además el estrés de los deberes, los exámenes que se aproximan, necesitamos un poco de relajación no crees?
-Viéndolo desde ese punto de vista, tienes razón.
-Pronto llegarán los demás, es mejor que acomodemos todo.-dijo Naty.
-Es cierto...que les parece si vamos allá?-Kadaj señaló un árbol alto y de tronco grueso, un cerezo, sus ramas bajas parecían brazos extendidos hacia el sol. Algunas de sus hojas y flores habian caído al suelo, dándole al césped un aspecto hermoso y colorido.
-Parece el lugar perfecto...Vamos!-dijo Fran, y se encaminaron allá.
Kadaj llevaba un gran mantel a cuadros en sus brazos y Fran una canasta con comida y bebidas en su interior. Kadaj extendió el mantel en el césped debajo del cerezo y Fran colocó la canasta en una esquina del mantel.
-Hey chicos!, pensaban empezar sin nosotros?!-dijo una voz acercándose a ellos. Naty, Lun, Fran y Kadaj voltearon y vieron acercándose a ellos a Abe, Lali, Duna, Crook, Luis, Jose, Rossie, Didel, Menxu, Lunita, Anrre y Marcus, estos últimos tomados de la mano, y Dramione.
-Por supuesto que no! Los estábamos esperando, como están?
Todos se abrazaron contentos, felices por salir a respirar aire fresco y olvidarse por un rato de las cosas que tenían pendientes.
-No creen que deberíamos estar entrenando?-dijo Lunita después de que todos se hubieran sentado y tomado una cerveza de mantequilla que Lunatico iba pasando.
-Vamos Lunita, no nos estropees la diversión!-dijo Abe, sonriente.
-Entrenaremos, Lunita.-dijo Fran-pero me pareció una buena idea, ya que el dia está precioso, salir un rato, solo a conversar y a divertirnos.
Dramione revoleó los ojos.
-Está bien.-sonrió Lunita.
-Además, han estado entrenando muy duro, y pensé que seria una buena recompensa.-dijo Fran, sonriendo.
-Así se habla Fran!-dijo Abe, alzando su botella de cerveza de mantequilla, sonriendo.
Fran le dedicó una sonrisa de agradecimiento.
-Quién quiere tarta de melaza?-preguntó Naty.
Todos dijeron YO!.
-Tarta de melaza, que bien...-dijo Dramione, sin ningún entusiasmo en su voz.
-Oye Grenger, si no quieres estar aqui, no estás obligado.-dijo Fran, mirándolo.
Dramione se encogió de hombros y de mala gana aceptó el plato que Crook le ofrecía.
Todos comieron, rieron y bebieron, disfrutando del maravilloso día, nadie quería marcharse, pero cuando el sol empezó a ocultarse, la voz de la profesora McGonagall mágicamente amplificada, llenó el castillo y sus alrededores.
-Todos los alumnos dirigirse a sus respectivas salas comunes, sin excepción. Al que se consiga fuera de sus salones, será severamente castigado.
-Que mal, tan bien que la estábamos pasando.-dijo Duna.
-Esperamos que se repita.-dijo Did.
-Lo mismo nosotros.-dijeron los demás.
-Se repetirá, tenganlo por seguro, chicos.-dijo Marcus sonriendo.
Todos ayudaron a recoger las cosas, y se dirijieron hacia el castilloo, se despidieron en el Vestíbulo con Abrazos y hasta luegos de parte de todos, cada uno se dirigió a sus salas comunes, sonriendo cansados.
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-Rossie...
-Si, Didel?-dijo Rossie, dándose la vuelta y mirándolo.
-Mmm.Podrías acompañarme a dar una vuelta?-dijo él, vacilante.
-Claro! Pero, y si nos castigan?
-No creo, seremos cautelosos, ven...-hizo un ademán con la mano y empezó a caminar, Rossie lo siguió.
-Adónde vamos?
-A un lugar...
Atravesaron las grandes puertas de roble y salieron a los jardines. Caminaron un corto trecho, traspasaron unos arbustos en flor, y se sentaron en un banco cercano.
-Rossie...-empezó a decir Did.
-Si...?
-Yo...emmm...-miró a Rossie a los ojos, pero luego miró al suelo, un poco sonrojado.
-Did, que tienes que decirme?
-Yo..pues yo..
Rossie lo miraba, esperando pacientemente.
-Quería pedirte si...si tu...querías...
-Si...?-Rossie sospechaba lo que el estaba a punto de decirle, su corazón empezó a latir más fuerte.
Did alzó la vista del suelo, y mirándole a los ojos se infundó de valor y le dijo:
-Rossie-la tomó de la mano y mirándola atentamente a los ojos, dijo-quieres concederme el honor de ser mi novia?
Rossie se quedó sin palabras, miró su mano dentro de la de él, lo miró a los ojos y no dijo nada.
Did la miraba atentamente, esperando alguna reacción de su parte, empezaba a impacientarse.
-Entonces...que dices?
-Sí.-murmuró.
-Como?
-Si.-dijo ella con voz más fuerte y mirándo como una radiante sonrisa de felicidad asomaba a los labios de él.
Did la atrajo hacia sí en un fuerte abrazo, le acarició el cabello y separándose un poco de ella la tomó de la barbilla y le besó los labios suavemente.
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Se encontraba caminando tranquilamente por los pasillos del colegio, había visualizado una puerta, una voz la llamaba apresurándola a que se acercara, llegó hasta ella, con su mano temblorosa giró la manilla de la puerta y la abrió, una gran habitación iluminada la recibió, allí estaban sus personas más queridas, sus amigos, sus tíos, su hermano y en el centro de la habitación estaban dos personas sonriendo. La chica los miraba sin poder creerse que ellos estuvieran allí. La mujer la miraba con los ojos bañados en lágrimas pero sonriendo y con los brazos abiertos, preparada para recibirla entre ellos; el hombre tenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, pero la miraba con los ojos brillantes y con una radiante sonrisa en sus labios. La chica se les acercó, sin mirar a nadie más, solo tenía ojos para ellos.
Pero mientras más se acercaba, más lejos parecían estar ellos, miró a su alrededor y ya no había nadie, miró al frente y ellos habían desaparecido, se encontraba sola, una lágrima resbaló por su mejilla, las luces de la sala se apagaron y un grito escapó de sus labios, escuchó una risa que hacía eco en toda la habitación, estaba asustada, más asustada de lo que recordaba haber estado, miraba a su alrededor desesperadamente, y por todos lados miraba unos ojos amarillos, acechando cada paso que daba. Dónde veía a su alrededor solo había oscuridad, dió otro paso y empezó a caer, caía, caía a través de esa creciente oscuridad, justo cuando creía que eso nunca iba a tener fin, llegó al suelo y vió una luz, desesperada trató de seguirla, faltaban pocos pasos para llegar a ella, extendió su mano para alcanzarla y justo cuando estaba a punto de hacerlo....Despertó. Dándose la vuelta se volvió a sumir en un sueño profundo. Al día siguiente, no recordaba nada de lo que había soñado.